“En diez y nueve de abril de mil seiscientos
y sesenta años, yo, el licenciado Juan Baquerizo, cura teniente de la
parroquial de Señor San Juan desta villa, bapticé y puse los Santos
Oleos a Sebastiám, hijo de Seabstián Durón y de Margarita Picazo, sus
padres, vecinos desta villa. Fue su padrino Pedro de Concestrina;
testigos: María Trijueque y Agustín de Ayuso. Y yo lo firmé: Juan
Baquerizo.” (Información
de limpieza de linaje de Don Sebastián Durón, natural de la villa de
Brihuega, racionero electo de la Santa Iglesia de Osma, Archivo
de la Catedral de El Burgo de Osma, leg. 4º, nº 7, 1685).
Tal y como se desprende del documento anterior, Sebastián Durón fue
bautizado el 19 de abril de 1660 en la parroquia de San Juan de
Brihuega (Gudalajara). Era
hijo de Sebastián Durón de San Martín, sacristán de dicha parroquia, y
de la segunda esposa de éste,
Margarita Picazo de Blas. Fue hermanastro de Diego Durón de Ortega
(1653-1731), que llegó a ser maestro de capilla en Las Palmas de Gran
Canaria. Es posible que empezara sus estudios musicales en la
catedral
de Cuenca junto al maestro de capilla Alonso Xuárez (1640-1696). En
1679 encontramos a Sebastián Durón como ayudante de Andrés de Sola
Ximénez (1634-1696), organista de la catedral de San Salvador (La Seo)
de Zaragoza. Al año siguiente, en 1680, Durón se trasladó a Sevilla,
ocupando la plaza de organista segundo de la catedral de esa ciudad.
Posiblemente fue llamado por Alonso Xuárez, su antiguo maestro en
Cuenca, que por entonces regentaba el magisterio de capilla de la
catedral hispalense. En 1685, recomendado por su maestro Xuárez,
abandonó Durón Sevilla para ocupar el puesto de primer organista de la
catedral de El Burgo de Osma. Descontento con las desfavorables
condiciones económicas, Durón decidió abandonar este cargo para ocupar
el de organista de la catedral de Palencia en diciembre de 1686.
Algunos años después, en octubre de 1691, Durón fue nombrado organista
de la Real Capilla de Carlos II, por la jubilación del organista José
Sanz. En 1701, coincidiendo con el advenimiento de la dinastía
borbónica, Durón fue nombrado maestro de la Real Capilla y rector del
Real Colegio de Niños Cantorcicos. En el momento de su nombramiento, la
documentación administrativa dice de él:
“por organista de la Capilla goza en la
consignación de ella 9.551 reales, en la Casa de Castilla 3.300, en
gastos secretos 7.200, que todo hace 20.051 reales, y siendo este
sujeto de tanta habilidad, así para el órgano como para el ejercicio de
maestro de capilla, habiéndole valido el rey (que Dios haya) y todos
los maestros de España esa destreza de componer, parece el más a
propósito para el ejercicio de maestro de capilla, en que es único,
agregándole la rectoría del Colegio de Niños Cantorcicos, pues con su
dirección aprovecharán, aplicándolos a lo que su natural les inclinare,
y con ambos ejercicios compatibles y con tenientes, se le podrá señalar
en la Capilla 1.500 ducados de vellón, mandando S. M. que con la plaza
de maestro de capilla ande la rectoría por beneficio de la Real
Hacienda y enseñanza de los niños” (AGP. Leg. 1116).
Poco después de ocupar el
cargo, Durón solicitó a la catedral de Palencia volver a su antiguo
puesto. El cabildo palentino aceptó, pero parece ser que
Durón decidió finalmente seguir trabajando en la Real Capilla.
Durante su estancia en la corte
madrileña,
además de componer para los oficios religiosos de la Real
Capilla,
Durón fue uno de los principales responsables de la
música destinada a
los festejos reales y nobiliarios. Tras ser detenido en 1706 en una
emboscada de las tropas borbónicas, a causa de haber salido con
la
Capilla de Música a recibir a las tropas del archiduque Carlos a
las
puertas de Madrid, se vio obligado a exiliarse a Francia. Se sabe que
en 1707 residía en Cambo-les-Bains. Poco después se
estableció en
Bayona, donde permaneció al servicio de la reina viuda Mariana
de
Neoburgo. Tras una breve estancia en Pau, localidad a donde huyó
tras
haber celebrado con demasiado entusiasmo la victoria de los Austrias en
la Batalla de Zaragoza de 1710, Durón volvió a Bayona.
Mariana de
Neoburgo le nombró por entonces miembro de su Consejo, Limosnero
Mayor
y Capellán de Honor. En la época corría el rumor
de que Durón llegó a casar a la reina viuda con un joven
soldado francés, aunque no existen datos que lo corroboren.
Como, al parecer, era uno de los miembros más
anti-borbónicos de esa corte del exilio, Durón fue
espiado tanto por
españoles como por franceses. Aquejado posiblemente de
tuberculosis,
Durón se retiró a Cambo-les-Bains, localidad en la que
falleció el 3 de
agosto de 1716, según puede leerse en el acta de
defunción de la
parroquia de Cambo-les-Bains:
“el año de mil setecientos dieciséis y el tercer día del
mes de agosto ha fallecido alrededor de las nueve y media de la noche
[…] el Sr. Maestro Sebastián Durón, de unos cincuenta y seis años de
edad, sacerdote español de la ciudad de Brihuega, provincia de Castilla
la Nueva, del arzobispado de Toledo, primer Limosnero y Capellán de
honor de su Majestad la reina viuda de España, después de haber
confesado y recibido el sacramento de la extremaunción, no pudiendo
recibir el viático a causa de un vómito continuo que tenía, aunque ha
conservado siempre, hasta el último momento de su vida, un perfecto
conocimiento y una completa resignación a la voluntad del Señor”.
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